Se recomienda la limpieza a fondo, como mínimo, una vez al año. Puede utilizarse una tela de algodón de tal forma que sea cual fuese el líquido empleado como producto de limpieza, se transmita solo humedad a la alfombra, procurando no empaparla nunca. Se dejará secar durante varias horas. Es importante que la alfombra no sea pisada hasta que una vez seca, se cepille. Para la limpieza deberán emplearse detergentes neutros. Se aconsejan los de espuma seca.

Se aconseja durante los primeros meses un ligero cepillado con una escoba blanda. Se observará durante esta limpieza y con el uso diario (sobre todo en alfombras de lana), que la alfombra suelta pelusa: ello es consecuencia natural del obligado tundido de la misma durante el proceso de fabricación, por tanto es normal que ello ocurra. Después se realizará un barrido diario siempre en la dirección del pelo, y una pasada de aspirador semanal no muy fuerte. Se recomienda durante los dos primeros meses no utilizar el aspirador ni ningún producto de limpieza.